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El rescate de los primogénitos

“La muerte de los primogénitos egipcios y el rescate de los primogénitos israelitas nos recuerdan la justicia y misericordia divinas respectivamente”

La orden dada a Israel después de la ejecución de los primogénitos de los egipcios en la décima plaga, en el sentido de consagrarle el primogénito de todo vientre: “El Señor habló con Moisés y le dijo: «Conságrame el primogénito de todo vientre. Míos son todos los primogénitos israelitas y todos los primeros machos de sus animales»” (Éxodo 13:1-2), tenía como uno de sus propósitos servir de memorial no sólo del éxodo, sino de la diferencia en el trato de Dios con su pueblo y con quienes no lo son, pues los primogénitos de los egipcios fueron consagrados para ser ellos mismos sacrificados, mientras que los israelitas podrían ser rescatados o redimidos mediante un sacrificio sustitutorio. Así, el pueblo de Dios sería plenamente consciente de la gracia de Dios sobre ellos que no solo les concedía el don de la vida, sino también de Su misericordia que les permitía conservarla y disfrutarla, a diferencia de los egipcios a quienes no les concedía esta misericordia sino la justicia estricta que demandaba su muerte, por cuanto la paga del pecado es muerte. Los cananeos sacrificaban sus hijos a sus dioses, pero los israelitas debían dejarlos con vida y más bien, redimir a los primogénitos mediante el pago de un precio o sustituyéndolos con un animal para ser sacrificado en su lugar. Los primogénitos de los animales no podían ser redimidos, sino que debían ser sacrificados a Dios y en el censo de Israel, los levitas fueron consagrados para el servicio a Dios durante toda su vida como sustitutos y como pago del precio de redención de los primogénitos de las otras once tribus

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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