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Que a su derecha esté su acusador

"El juicio de Dios sobre los impíos implica dejarlos a merced de sus acusadores y sus alegatos y pruebas condenatorias, cual eficientes fiscales”

El salmo 109, uno de los “salmos de imprecación” en los que se maldice a los enemigos y se pide de Dios para ellos un vívido y detallado castigo ejemplar en ejercicio de Su justicia, dice lo siguiente: “Pon en su contra a un malvado; que a su derecha esté su acusador. Que resulte culpable al ser juzgado y que su oración sea considerada pecado” (Salmo 109:6-7). Esta imagen que ubica a los enemigos en un tribunal de justicia defendiéndose y dando cuenta de sus actos, hace alusión a la figura del acusador, una especie de fiscal malintencionado que formularía cargos contra el acusado que, en este caso es una traducción del término hebreo Satán que significa “adversario”, y que da lugar a “Satanás”, otro nombre propio que recibe Lucifer, el ángel caído que lideró la rebelión de la tercera parte de los ángeles contra Dios que llegaron a convertirse en los demonios que nos acechan buscando infligirnos daño. En la versión griega del Antiguo Testamento el término hebreo Satán fue sustituido por el griego diábolos que significa “acusador” y que llega a ser, pues, un nombre propio más para referirse al ángel caído en cuestión como “Diablo” para indicar su labor dirigida a atacar y tergiversar de forma calumniosa y malintencionada el carácter de alguien con el propósito de injuriarle, como lo hace con Job en el libro del mismo nombre, revelándonos que una de las actividades más representativas del Diablo (el acusador) o Satanás (el adversario) es injuriar el carácter de los justos ante Dios, como un malvado fiscal, sin que en el caso de los impíos se cuente con abogado defensor

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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