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Vientos en contra y a favor

“En la vida tenemos que enfrentar vientos en contra pero los cristianos podemos hacerlo con el viento del Espíritu a nuestro favor”

Decía Juan Calvino que: “Jamás se levanta viento alguno sin especial mandato de Dios”. Y es que una de las palabras más reveladoras y sugerentes en la Biblia es la palabra “viento”, cuya riqueza y diversidad de sentido tiene que ver con el hecho de que en los idiomas bíblicos la misma palabra se puede traducir por igual como “viento” o como “espíritu”, siendo el contexto el que les confiere su significado preciso. De cualquier modo Dios siempre tiene dominio sobre el viento y éste siempre sopla en cumplimiento de su voluntad y con la fuerza y dirección estrictamente requerida; en ocasiones a favor del ser humano, pero también en su contra. Sin embargo, la causa de que los vientos nos sean eventualmente contrarios no puede atribuirse a Dios con exclusividad, pues con su conducta irresponsable y censurable el ser humano también da pie a ellos, sembrando vientos y cosechando tempestades. No obstante, los vientos contrarios ponen en evidencia la firmeza de nuestra fe, el poder de Dios a favor de los suyos y, en el peor de los casos, pueden ayudar a que el ser humano descubra por fin su vocación espiritual, pues como lo dijo John Neal: “Le viene bien al hombre un poco de oposición. Las cometas se levantan contra el viento, no a favor de él”, descubriendo en el proceso en el trasfondo de los diversos vientos en contra, también al viento de Dios soplando a nuestro favor sin que seamos plenamente conscientes de ello, pues: “El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu” (Juan 3:8)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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