El equilibrio y la moderación que deben caracterizar al cristiano maduro tiene que ver con tener una visión panorámica lo más completa posible de todos los aspectos importantes de la doctrina y la práctica cristianas para todos los propósitos del caso. Por supuesto que cada uno de nosotros puede, de acuerdo a su personalidad, tener temas doctrinales de nuestras preferencias que nos atraen y hasta apasionan de manera particular y en los que llegamos a profundizar a tal grado y con tal disciplina que podemos convertirnos en especialistas en ellos; pero ninguna especialización debe ir en detrimento del cuadro general que Dios nos ha revelado en la Biblia en relación con todos los asuntos que debemos conocer para vivir de manera correcta e ilustrada en este mundo, como Dios manda. Si bien las iglesias individuales y los creyentes en general pueden llegar a tener especializaciones en el manejo particular de ciertas problemáticas humanas puntuales desde el horizonte de la fe, la iglesia como un todo no puede ser especializada, enfocada y concentrada en uno sólo o unos pocos aspectos o temas doctrinales y prácticos, excluyendo o ignorando todos los demás abarcados por la Biblia, como si la especialización fuera excluyente y fragmentada, desligada del todo, como sucede lamentablemente en muchos reductos de la ciencia actual. Ya lo dijo el salmista: “La suma de tus palabras es la verdad…” (Salmo 119:160), convicción que le permitió al apóstol salvar su responsabilidad al respecto para poder declarar con la conciencia tranquila: “porque sin vacilar les he proclamado todo el propósito de Dios” (Hechos 20:27)
Todo el propósito de Dios
23 octubre, 2022
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“El fanático convierte un aspecto legítimo de la doctrina en el único que ve, proclama y defiende en perjuicio de todos los demás”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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