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Lobos feroces

“Quienes leen en serio la Biblia no tienen excusa si son embaucados por los logreros del evangelio, pues están bien advertidos”

La Biblia combate la credulidad tanto como la incredulidad, fomentando y cultivando en el creyente un saludable escepticismo que lo lleve a examinar lo que se le pide creer. Se explica entonces que en ella se nos advierta para que no nos dejemos llevar por enseñanzas engañosas, por tradiciones humanas sin fundamento, por maestros fraudulentos, o aún por nuestras propias emociones desbordadas. Pero es en la advertencia contra los maestros fraudulentos en dónde la Biblia se detiene más para ponernos sobre aviso, de modo que examinemos racionalmente y con mayor cuidado las cosas. Porque a pesar de que la lealtad, el respeto, el aprecio, la gratitud y el amor por nuestros maestros y autoridades sean principios bíblicos incontrovertibles, eso no significa que debamos sacrificar nuestra libertad de examen, nuestra capacidad crítica y hasta el sentido común a la autoridad de nuestros dirigentes eclesiásticos. Si estos abusan de su posición basados en la autoridad de la que están investidos, los creyentes no están obligados a seguirlos como borregos, sin pensar ni cuestionar. Esta actitud es terreno abonado para el surgimiento de las sectas heréticas y el culto a la personalidad que termina encumbrando a sus líderes a la posición de nuevos iluminados, siendo en su mayoría más bien ministros fraudulentos, acerca de los cuales hay que estar apercibidos: “Sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos feroces que procurarán acabar con el rebaño. Aun de entre ustedes mismos se levantarán algunos que enseñarán falsedades para arrastrar a los discípulos que los sigan. Así que estén alerta…”(Hechos 20:29-31)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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