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Segmentos

Pruebas de la fidelidad de la Biblia

“La negativa a aceptar a Cristo como el Mesías despeja las sospechas sobre la fidelidad de los judíos al transmitir las Escrituras”

La ciencia ha despejado cualquier sospecha sobre la fidelidad de las Escrituras y su correspondencia con los manuscritos originales, disipando el temor de que en el intervalo transcurrido hasta llegar a nuestras manos, éstas hubieran sido modificadas por sus depositarios originales, los judíos. Además, el celo manifestado por el pueblo judío en la conservación fiel de las Escrituras contrasta de manera notoria e inquietante con su renuencia a aceptar la condición mesiánica de Cristo, atestiguada con suficiencia en los escritos del Antiguo Testamento que ellos mismos se han ocupado de conservar con tanta exactitud. Los judíos tuvieron, ciertamente, la primera opción de reconocer a Cristo como el mesías, aprovechando la ventaja que para ellos representaba la familiaridad con las profecías del Antiguo Testamento que hablaban sobre Él. Sin embargo, su rechazo generalizado de Cristo brindó ocasión, no solo para que el evangelio fuera predicado también a los gentiles, sino para despejar cualquier aprensión en el sentido de que las Escrituras reflejaran algún sesgo o prejuicio intencional y artificial a favor de los judíos, pues esas mismas Escrituras que tanto se han empeñado en conservar con fidelidad, contribuyen a dejarlos tan convictos delante de Dios como a los mismos paganos, por resistirse a aceptar con fe y humilde arrepentimiento a Jesús de Nazaret como el mesías prometido, justificando la amonestación del Señor: “Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor!” (Juan 5:39)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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