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Proselitismo o evangelismo

“Procurar traer a los hombres a nuestra denominación o iglesia y no propiamente a Cristo es un síntoma de censurable sectarismo”

Proselitismo o evangelización, he ahí el dilema de muchos creyentes en el cumplimiento de la gran comisión que nos impone el deber de anunciar las buenas nuevas y testificar de Cristo. En efecto, procurar, de manera prioritaria, traer a los hombres a nuestra particular denominación o iglesia cristiana puede significar sacrificar la fraternidad cristiana universal en el altar de un censurable sectarismo denominacional discriminatorio y hasta elitista. El sectarismo es esa actitud que presume que la verdad sólo se encuentra dentro de nuestro grupo o congregación particular y que el servicio a Dios sólo es posible dentro de la organización de la que somos miembros y, como tal, está condenado expresamente en la Biblia. No podemos olvidar que Jesucristo habló duramente en contra del proselitismo judío de los fariseos que buscaba tan sólo ganar y formar adeptos para su particular escuela de pensamiento y no traer a las personas a Dios, siendo amonestados por ello: “»¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Recorren tierra y mar para ganar un solo adepto, y cuando lo han logrado lo hacen dos veces más merecedor del infierno que ustedes” (Mateo 23:15). No debemos, pues, pasar por alto que la conversión tiene a Cristo como término, y no a nuestra denominación particular, como lo dijo en su momento Charles Spurgeon: “Deseamos traer a los hombres a Cristo y no a nuestro concepto particular del cristianismo… Hacer prosélitos es buena labor para fariseos: guiar las almas a Dios es… el honorable propósito del ministro de Cristo”

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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