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La ostentación farisaica

“Cuando nos involucramos demasiado en los asuntos de fe nos volvemos ostentosos, hipócritas e inauténticos como los fariseos”

La sobriedad, el equilibrio y la moderación son rasgos que deben caracterizar el ejercicio de la fe para sortear la tentación de la ostentación hipócrita e inauténtica que puede terminar haciendo de ella una mera pose o fachada y nada más. No en vano Miguel de Unamuno decía, fastidiado, que: “Los que se creen justos suelen ser unos arrogantes que van a deprimir a otros con la ostentación de su justicia… si no su gloria les resultaría insípida”. Y es que, como lo promulga la sabiduría popular: “todo extremo es vicioso”. Ciertamente, los extremos en el campo de la fe, en particular cuando son por exceso, promueven los fanatismos inflexibles, la ostentación y la jactancia. Debido a ello, en el momento en que el creyente pierde el necesario balance en el ejercicio de su fe, termina también perdiendo la autenticidad, naturalidad y espontaneidad de la conducta, comportándose entonces de forma afectada o fingida, con el agravante de que, además, se ve tentado a hacer ostentación de ello, al mejor estilo de los fariseos, fustigados duramente por el Señor Jesucristo a causa, precisamente, de su ostentosa y jactanciosa hipocresía, razón por la cual el término “fariseo” ha adquirido connotaciones peyorativas, utilizándose para designar a personas ostentosamente hipócritas y falsas que, a semejanza de los fariseos del primer siglo: “»Todo lo hacen para que la gente los vea: Usan filacterias grandes y adornan sus ropas con borlas vistosas; se mueren por el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, y porque la gente los salude en las plazas y los llame ‘Rabí’” (Mateo 23:5-7)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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