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Segmentos

¿Por qué me llaman Señor, Señor?

“La conversión es más que el acto por el cual llegamos a ser salvos por la fe en Cristo. Es un compromiso de servicio a su causa”

Uno de los mayores contrasentidos en que puede incurrir un cristiano es dirigirse a Dios en la persona de Cristo como “Señor” y no brindarle obediencia total e irrestricta, pues si algo implica el nombre propio “Señor” para referirse a Dios, es la completa sujeción y obediencia a Aquel a quien nos dirigimos de este modo. Es tal el contrasentido que en el evangelio el Señor lo deja expuesto con estas puntuales palabras: “»¿Por qué me llaman ustedes ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que les digo?” (Lucas 6:46). El cristianismo no es, pues, meramente un medio para relacionarse y reconciliarse con Dios en la persona de Cristo gracias a Sus méritos en Su muerte y resurrección y asegurar de este modo nuestro destino final mediante la salvación y la vida eterna, sino la aceptación de una vida de obediente servicio a Su causa en este mundo con la certeza y convicción de que eso es para lo que fuimos creados, y de que ésta será la única manera de tener éxito y sentirnos realizados en la vida, trascendiendo nuestro breve marco temporal en la historia humana para poder así dejar un legado memorable para la posteridad. Conocer y hacer, pues, lo que nos dice Dios a través de Su Palabra, la Biblia, es entonces fundamental para la vida cristiana, algo que lamentablemente ignoran olímpicamente una mayoritaria proporción de quienes se declaran cristianos de nombre y guardan incluso de manera externa y mecánica las solemnidades y formas rituales del cristianismo, pero no adoran a Dios de corazón, como corresponde, ni mucho menos obedecen sus preceptos, la mayoría de los cuales ni siquiera conocen.

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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