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Segmentos

Piedras vivas

“Los creyentes somos piedras vivas llamados a proclamar a Cristo de modo que mientras vivamos las piedras no tengan que gritar”

El pastor, compositor e intérprete cristiano Marcos Vidal decía en el verso de una de sus canciones que: “mientras viva yo, las piedras no hablarán”. Se refería concretamente al episodio ocurrido el domingo de ramos, cuando el Señor Jesús entró en Jerusalén al inicio de la semana de Pascua, mientras las multitudes lo aclamaban y recibían con palmas y sonoras alabanzas, circunstancia que hizo que algunos de los dirigentes religiosos de la nación, molestos por este espectáculo, le reclamaran pidiéndole que los reprendiera para que se callaran: “Pero él respondió: -Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras” (Lucas 19:40). De hecho, el Nuevo Testamento nos revela que todos los creyentes, comenzando por el apóstol Simón, más conocido como Pedro o Cefas, ─nombres que le fueron colocados por el Señor Jesucristo y que significan, en su orden, “piedra” en griego y en arameo respectivamente─, somos “piedras vivas” para ser edificados juntamente “para morada de Dios en el Espíritu” (Efesios 2:21). Y es precisamente el apóstol Pedro quien nos revela en sus epístolas nuestra compartida condición de “piedras vivas”, una de cuyas funciones expresas es, en sus inspiradas palabras: “para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9), razón por la cual, al igual que Marcos Vidal, todos los creyentes debemos declarar que, mientras vivamos y haya aliento en nosotros, las piedras no tendrán que levantarse a proclamar lo que nosotros debemos estar siempre en condición de proclamar con todo el celo y entusiasmo del caso

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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