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Segmentos

Ni una letra, ni una tilde

“Cristo no tiene que fundar su autoridad en nadie más que en sí mismo, a diferencia de los demás maestros a través de la historia”

Volviendo a la fórmula utilizada por el Señor Jesucristo mediante la expresión: “»Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados… Pero yo les digo…”; ésta era una fórmula que causaba asombro entre sus oyentes, pues era inusual que un rabino no basará su autoridad más que en sí mismo y no en la larga tradición de rabinos que lo antecedieron. Por eso: “La gente se asombraba de su enseñanza, porque la impartía como quien tiene autoridad y no como los maestros de la ley” (Marcos 1:22). Es que Cristo no tenía ninguna autoridad superior a la suya misma a la cual acudir para darle más peso a sus enseñanzas, pues siendo Dios, no existe ninguna instancia humana por encima de Él a la que tuviera que referirse. Por eso, Cristo únicamente remitía sus enseñanzas a las Escrituras, pues siendo la Palabra de Dios escrita, éstas eran las únicas que se hallaban al mismo nivel de autoridad que Él, la Palabra de Dios hecha hombre. Y si bien con la expresión “»Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados…” hacía referencia a lo que se hallaba escrito en el Antiguo Testamento; cuando enseguida afirmaba: “… Pero yo les digo…”, no lo hacía para contradecir o dejar sin efecto lo anterior, sino para confirmarlo y para elevar incluso sus exigencias, pues como Él mismo lo dijo: “»No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento. Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido” (Mateo 5:17-18), pues: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán” (Mateo 24:35)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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