Si bien es cierto que uno de los atributos de Dios es la omnipotencia, haciendo de los milagros una posibilidad siempre abierta para Él; la Biblia también nos dice que la identidad de Dios o de sus profetas no queda establecida por el hecho de que se verifique y confirme un episodio milagroso, pues los demonios también pueden hacer milagros, imitando y plagiando a Dios en el proceso. De hecho las Escrituras nos revelan que existe algo esencial y exclusivo de Dios, más allá de su poder, que es lo que en últimas nos otorga un criterio confiable para identificarlo y distinguirlo de los impostores. Esto es lo que en teología se designa como “santidad”, entendida no sólo como la pureza, rectitud y justicia absolutas que caracterizan a Dios desde el punto de vista moral, sino también como el atributo de Dios que lo lleva a trascender su creación al punto de no poder igualarse a ella, puesto que está más allá de ella y no puede ser contenido por ella, hallándose, entonces, por encima de toda posible clasificación y comparación con cualquier cosa de este mundo, de modo que todo lo que podamos decir de Él será siempre insuficiente y no le hará nunca completa justicia. Así, la santidad, más que la omnipotencia, es “la marca de fábrica” de Dios que lo distingue de los impostores. Una santidad exhibida por Cristo con tal solvencia que incluso los demonios la proclamaban: “-¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: el Santo de Dios!” (Marcos 1:24). Porque definitivamente, como lo dijo Dembski: “Un Dios que trasciende el universo tiene que ser más que un artista de efectos especiales”
La marca de fábrica de Dios
5 abril, 2022
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“La santidad más que la omnipotencia es 'la marca de fábrica' propia y exclusiva de Dios que lo distingue bien de los impostores”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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