En la Biblia los milagros no son tales, a secas. Son “señales” milagrosas que apuntan más allá de ellos y de la inmediata satisfacción de las necesidades de sus beneficiarios a verdades más trascendentales y profundas que Dios desea revelar, establecer o confirmar. Es por eso que los milagros no están sujetos a la voluntad del creyente, por carismático y ungido que sea, pues los milagros suceden de acuerdo a la soberana agenda divina y no a la agenda humana. Los milagros no buscan, entonces, simplemente deslumbrarnos, maravillarnos o poner tan sólo en evidencia el poder de Dios. Y ni siquiera tienen como principal finalidad el conducirnos a la fe, aunque puedan ayudar a ello en los bien dispuestos, pues el Señor advirtió en la historia del rico y Lázaro: “… ‘Si no les hacen caso a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque alguien se levante de entre los muertos’»” (Lucas 16:31), cuando el primero de ellos, estando en medio de los tormentos de la condenación, le pidió a Abraham enviar a alguien de entre los muertos a advertir a sus cinco hermanos vivos para que no sufrieran también su misma suerte, algo que sería sin duda un episodio de carácter milagroso, pero que el Señor desestimó como recurso para conducirlos a la fe, subordinándolo al poder de convicción de la Palabra de Dios, pues los milagros están al servicio del mensaje revelado en ella, como se lee en el libro de los Hechos: “… Pablo y Bernabé pasaron allí bastante tiempo, hablando valientemente en el nombre del Señor, quien confirmaba el mensaje de su gracia, haciendo señales y prodigios por medio de ellos” (Hechos 14:3)
Los milagros, señales más que espectáculos
8 meses ago
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“Los milagros, más que espectáculos sobrenaturales para nuestro beneficio personal, son señales que confirman la revelación divina”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Estoy casado con Deisy y tengo dos hijos: Mateo y María José. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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