Una de las razones por las que muchos cuestionan y se oponen a la fe cristiana de forma gratuita es que confunden inadvertida o intencionalmente realidades relacionadas entre sí pero de cualquier modo diferentes, tales como la cristiandad con el cristianismo, la religión con la religión organizada o la iglesia con Dios. Y dado que es siempre fácil encontrar defectos y contradicciones en la cristiandad, en la religión organizada y en la iglesia, se piensa que este es un argumento suficiente para cuestionar también al cristianismo, a la religión en general y a Dios mismo, como si los defectos de los primeros invalidaran también de manera automática a estos últimos. Pero desde el punto de vista racional, ni el cristianismo, ni la religión, ni Dios pierden su validez por razón de las faltas, inconsistencias e incoherencias de la cristiandad, de la religión organizada o de la iglesia. Sin embargo, dada la fácil asociación que se hace entre todas estas realidades hasta llegar a confundirlas entre sí, la cristiandad, la religión organizada y la iglesia deberían tener presente las solemnes palabras del Señor Jesucristo para no dar pie con su conducta a estas confusiones que les sirven a muchos de engañoso pretexto para rechazar al cristianismo, a la religión y a Dios mismo, para su propio perjuicio: “Luego dijo Jesús a sus discípulos: -Los tropiezos son inevitables, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino atada al cuello, que servir de tropiezo a uno solo de estos pequeños. Así que, ¡cuídense! »Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo” (Lucas 17:1-3)
Los inevitables tropiezos
11 junio, 2022
2 Lectura mínima
“No hay motivos de tropiezo en el cristianismo, la religión o Dios; sino en la cristiandad, la religión organizada y la iglesia”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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