Lo más grande de lo más pequeño parece ser algo que Dios disfruta hacer. Desde el universo mismo, que no obstante su actual tamaño, estuvo contenido al principio, según parece, en “una cáscara de nuez”, al decir del físico Stephen Hawking, para indicar con ello su muy pequeño tamaño inicial. Lo mismo podría decirse del origen de todos nosotros, los seres humanos, que comenzamos nuestra vida a partir de una pequeña y microscópica célula que no es otra que el óvulo fecundado. Pero el hecho más asombroso, maravilloso y conmovedoramente ilustrativo de este proceder divino es nuestro Señor Jesucristo: Dios hecho hombre en el milagro de la encarnación, o dicho de otro modo: el Creador de todo haciéndose criatura y sometiéndose a todo el proceso de desarrollo normal de todo ser humano, desde la célula inicial desde la que comenzamos en el vientre de nuestra madre, hasta la persona adulta en la que nos convertimos si todo va bien. Ese es, definitivamente, el más gráfico e ilustrativo ejemplo de lo más grande surgiendo de lo más pequeño, reforzado con los orígenes humildes del Señor Jesucristo desde el punto de vista humano, quien no obstante ser de sangre real al ser descendiente directo del rey David, no nació en un palacio sino en un humilde pesebre en una de las poblaciones más pequeñas e insignificantes de Israel, en cumplimiento del anuncio del profeta: “Pero de ti, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, saldrá el que gobernará a Israel; sus orígenes se remontan hasta la antigüedad, hasta tiempos inmemoriales” (Miqueas 5:2)
Lo más grande en lo más pequeño
7 diciembre, 2021
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“No debemos menospreciar lo pequeño y humilde pues podemos ser sorprendidos al ver que es justo de ahí de donde sale lo más grande”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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