Existe en amplios sectores cristianos una actitud paranoica hacia la cultura en general y hacia algunos de sus desarrollos particulares, que no procede de la Biblia, sino de posturas que rayan ya en el oscurantismo y en la superstición innecesariamente alarmista, dando lugar a nuevas “cacerías de brujas” dirigidas de forma indiscriminada contra los desarrollos culturales, sociales y políticos de nuestros tecnificados tiempos, tales como el fenómeno de la globalización y los avances de la ciencia, detrás de los cuales se presumen invariablemente maquinaciones y conspiraciones satánicas para instaurar el gobierno y la agenda del anticristo sobre el mundo, alimentando así las múltiples teorías de conspiración en boga. La iglesia se termina así marginando a sí misma del escenario mundial, renunciando a utilizar para la causa de Cristo todo el potencial benéfico que existe en estos desarrollos, satanizándolos y cediéndolos por completo a la sociedad secular que, sin criterios éticos claros, sí suele orientarlos equivocadamente hacia causas cuestionables, reforzando así las sospechas de la iglesia hacia ellos, como en un círculo vicioso. Valdría la pena recordar que todos estos desarrollos culturales son neutros desde la perspectiva de la ética bíblica, de modo que poseen un potencial tanto para lo malo como para lo bueno, y que son sólo los diferentes usos que les demos en el curso de nuestras actividades cotidianas los que les confieren, indistintamente, tal carácter. Con base en todo esto, el apóstol nos apremia en estos términos: “No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien” (Romanos 12:21)
Las nuevas cacerías de brujas
15 enero, 2023
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“El uso que le demos a los avances culturales es lo que les otorga su carácter y nos permite contrarrestar sus malas aplicaciones”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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