fbpx
Segmentos

La última palabra en la oración

“La última palabra en todas nuestras oraciones debería ser siempre pedirle a Dios que sea Él quien pronuncie la última palabra”

Las actitudes mágicas siempre rondan a la fe saludablemente ejercida y amenazan con distorsionarla y pervertirla debido a que la línea que separa a la una de la otra es tan delgada que un significativo número de creyentes la traspasan en perjuicio propio y sin darse cuenta. La actitud mágica surge cuando lo que nos mueve es esa intención típicamente humana de utilizar a Dios para nuestros propios fines en vez de reconocerlo y someternos humildemente a Él de manera desinteresada, confiada e incondicional. La magia comienza, entonces, cuando los creyentes acuden a la iglesia con el propósito de oír lo que quieren oír y no de escuchar lo que necesitan escuchar. Por eso, una buena forma de diagnosticar si estamos viviendo la fe con actitud mágica consiste en examinar si al declarar piadosamente “que se haga la voluntad de Dios” lo hacemos con resignación e impotencia o con confianza y verdadera rendición, pues lo primero es un síntoma de la aparición de la actitud mágica en las prácticas de fe. El Señor Jesucristo, con todo y ser Dios, al encarnarse como hombre nos dio ejemplo de respeto, reverencia y humilde sujeción ante su Padre en la oración de Getsemaní cuando concluye diciendo: “«Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya.»” (Lucas 22:42). Imitarlo en esto es un necesario reconocimiento de la soberanía de Dios por la cual aceptamos que Él hace finalmente lo que quiere y que sus caminos y sus pensamientos son siempre más altos que los nuestros, de manera que Él sabe mucho mejor que nosotros lo que nos conviene

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

Deja tu comentario

Clic aquí para dejar tu opinión