Peter Greenspan confesaba: “Creo que llegué a la fe en Jesús leyendo lo que escribieron sus detractores”. Algo que no sorprende, pues si bien los hechos en los que se fundamenta el cristianismo no son inobjetables al punto de no dejarnos opción, lo cierto es que al tratar de dejarlos sin piso, sus detractores terminan, aún a su pesar, prestándole un servicio al cristianismo, pues sus ataques y planteamientos sacan a relucir tantas grietas e inconsistencias que, vistos con rigor, de manera objetiva y sin prejuicios, inclinan más bien la balanza hacia el cristianismo y no en contra de él. Y es que el cristianismo se apoya en hechos susceptibles de investigación y verificación. En virtud de ello, a lo largo de la historia un número selecto de intelectualmente capacitados individuos no creyentes que se han dado a la tarea de investigar y demostrar al término de su investigación, la presunta falsedad del cristianismo; al abordar con honestidad esta empresa terminaron convencidos de todo lo contrario y como resultado optaron por colocar su fe en Jesucristo. Y es que cuando nos aplicamos a la búsqueda de la verdad con humildad, diligencia y sobre todo con honestidad, el cristianismo se vuelve una obviedad. El problema no es, entonces, la falta de evidencia a su favor, sino una mala, prejuiciosa y sesgada actitud al evaluarla, que a lo único que conduce es a darse “cabezazos contra la pared” al resistirse con terquedad a aceptar lo evidente, como le sucedía a Saulo de Tarso antes de su conversión: “Todos caímos al suelo, y yo oí una voz que me decía en arameo: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¿Qué sacas con darte cabezazos contra la pared?’” (Hechos 26:14)
La resistencia a aceptar la evidencia
29 octubre, 2022
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“El problema no es falta de evidencia a favor de la fe sino una mala actitud al evaluarla que obra al final en perjuicio propio”.
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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