Partiendo del hecho de que, al margen de la reconciliación con Dios provista por Él en el evangelio de Cristo, todos los seres humanos somos en mayor o menor grado enemigos de Dios; la Biblia nos informa que, teniendo el poder para eliminar a sus enemigos sin dificultad mediante su destrucción o aniquilación, Dios prefirió eliminarlos transformándolos en amigos: “Porque si, cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida!” (Romanos 5:10). La reconciliación con Dios es, pues, uno de los resultados más valiosos de la salvación llevada a cabo por Cristo en la cruz del calvario a nuestro favor. Una salvación que incluye también redimirnos o rescatarnos de nuestra pasada manera de vivir; justificarnos declarándonos justos delante del Padre, para que podamos actuar con justicia de manera consistente; adoptarnos como hijos suyos para darnos acceso irrestricto y confiado al trono de Su gracia; regenerarnos con una nueva naturaleza capaz de obedecer de buena gana Su voluntad y santificarnos de manera gradual, continua y creciente para conformarnos al carácter moral de Cristo. Toda esta multitud de beneficios incluidos en la salvación, colocan sobre nuestros hombros la responsabilidad y la obligación de compartir estas riquezas de forma generosa con nuestros semejantes, comenzando por perdonar delante de Dios a nuestros propios enemigos u ofensores, trabajando además en favor de la posibilidad de que, eventual y felizmente, puedan llegar a ser también nuestros hermanos en la fe
La reconciliación con Dios
27 noviembre, 2022
2 Lectura mínima
“Hasta su regreso Cristo ha decidido eliminar a sus enemigos convirtiéndolos en amigos, marcando el ejemplo para los creyentes”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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