Para que la fe se traduzca en acciones consistentes y acertadas en la vida práctica, la reflexión es una actividad ineludible. La historia está llena de sucesos lamentables debidos a la toma de decisiones apresuradas o poco ilustradas, bien intencionadas tal vez, pero carentes de un satisfactorio proceso reflexivo previo que hubiera permitido ver mejor las consecuencias de estos actos, sólo para tener que arrepentirse de ellos después en vista de sus resultados no deseados. No pasemos por alto que en el evangelio el Señor Jesucristo nos exhorta a la reflexión para la acción cuando habla de calcular antes el costo de construir una torre o de ir a la guerra contra un ejército que nos duplica en número. Reflexión muy necesaria sobre todo en lo que tiene que ver con el costo del discipulado o el seguimiento al que Cristo nos llama, algo en lo que muchos creyentes no reflexionan como es debido sólo para terminar abandonando la fe cuando se ven confrontados de frente y de manera inesperada con este costo. Por todo lo anterior podemos concluir que la planeación junto con los procesos reflexivos que la acompañan son algo inherente y necesario para la fe, no sólo en sus aspectos doctrinales o teóricos, sino en especial para sus consecuentes efectos prácticos, pues: “»Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo, para ver si tiene suficiente dinero para terminarla? Si echa los cimientos y no puede terminarla, todos los que la vean comenzarán a burlarse de él, y dirán: ‘Este hombre ya no pudo terminar lo que comenzó a construir.’” (Lucas 14:28-30)
La prudente planeación
6 junio, 2022
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“Antes de obrar debemos reflexionar para que nuestros proyectos de vida no se frustren ni se derrumben como torres sin futuro”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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