Volviendo con la ya censurada “mariolatría”, encontramos en los evangelios el primer brote exaltado y espontáneo de “marianismo” protagonizado por una mujer de la multitud que dirigiéndose a Cristo exclamó: “… -¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te amamantó!” (Lucas 11:27), a lo que el Señor Jesucristo respondió, no negando la condición dichosa de la virgen María, sino más bien atribuyéndola a su obediencia a Dios y no a su relación maternal con él: “−Dichosos más bien −contestó Jesús− los que oyen la palabra de Dios y la obedecen” (Lucas 11:28); obediencia que pone en plano de igualdad a María con todos los demás creyentes que honran la Biblia y la obedecen con diligencia y de buena gana y que, por lo mismo, tienen acceso en igualdad de condiciones a la dicha de los bienaventurados de la que disfruta María, desde el mismo momento en que fue elegida de manera soberana por Dios Padre para dar a luz a Su Hijo y ella aceptó con obediente sujeción, a pesar de los problemas y dolores que esto podría acarrearle: “-Aquí tienes a la sierva del Señor -contestó María-. Que él haga conmigo como me has dicho. Con esto, el ángel la dejó…” (Lucas 1:38). De hecho, la condición dichosa o bienaventurada atribuida a María no obedece a los méritos heroicos o especiales que ella tuviera antes de ser elegida sino a su disposición a creer compartida con todos los creyentes y a la elección soberana que Dios hizo de ella, como lo ha hecho con todos los creyentes: “¡Dichosa tú que has creído… porque se ha dignado fijarse en su humilde sierva. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones” (Lucas 1:45, 48)
La obediencia de la virgen
4 mayo, 2022
2 Lectura mínima
“La virgen María es bienaventurada más por su obediencia y completa rendición a Dios que por ser la madre de Jesucristo”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario