fbpx
Segmentos

La iglesia y la democracia

“La iglesia no es una democracia porque en ella es Dios quien escoge y no nosotros, que sólo aceptamos agradecidos su elección”

Decía el teólogo Reinhold Niebuhr que: “La capacidad del ser humano para la justicia hace posible la democracia; pero la inclinación del ser humano hacia la injusticia hace necesaria la democracia”. Y si bien hay que reconocer las bondades comparativas de la democracia como una de las formas de gobierno más benéficas y desarrolladas, no por eso es perfecta, al punto que, como alguien lo dijera: “La democracia es el peor sistema de gobierno que existe, con excepción de los demás”. Preocupa, entonces, que en el marco de las actuales democracias se haya llegado a creer engañosamente que “la voz del pueblo es la voz de Dios”. La Biblia nos revela que la iglesia no es propiamente una democracia sino una teocracia y por lo tanto sus formas de gobierno no pueden estructurarse ni guiarse irreflexivamente a la luz del ideal democrático moderno. En el Concilio de Jerusalén vemos que Santiago, habiendo escuchado a los apóstoles y demás dirigentes de la iglesia fue, no obstante, quien tomó la decisión final que afectaría a toda la iglesia, sin someterla a voto popular. En este orden de ideas, las decisiones que involucraban la elección de individuos particulares para un servicio o desempeño especial eran tomadas en oración por la dirigencia de la iglesia primitiva bajo la guía del Espíritu Santo y no mediante plebiscito, referéndum o consulta popular. Así, pues, en la iglesia con especialidad, es Dios Quien elige, como nos lo reveló el Señor: “No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre” (Juan 15:16)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

Deja tu comentario

Clic aquí para dejar tu opinión