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Estudios bíblicos

La excentricidad de los profetas

Prophet Ezechiel statue in Rome, Italy. Famous Spanish Square (Piazza di Spagna).

Los profetas de Dios fueron personajes en gran medida excéntricos, pero no por su propia voluntad o iniciativa, sino en virtud de su obediencia a Dios en muchos casos. Es así como vemos que los patriarcas y profetas llevaron a cabo ciertos actos que tenían el propósito de ilustrar y transmitir de manera gráfica, vívida, dramática e indeleble lo que sobrevendría en el futuro inmediato al pueblo de Israel o en el futuro escatológico a la iglesia. Entre ellos podemos mencionar las señales efectistas del cinturón de lino, del cántaro roto, y del yugo, ejecutadas por el profeta Jeremías: “Así me dijo el Señor: «Ve y cómprate un cinturón de hilo de lino y póntelo en la cintura, pero no lo metas en agua». Conforme a la instrucción del Señor, compré el cinturón y me lo puse en la cintura…” (Jeremías 13:1-11); “Así dice el Señor: «Ve a un alfarero y cómprale un cántaro de barro. Luego… »Rompe… el cántaro a la vista de los hombres que te acompañaron y adviérteles que así dice el Señor de los Ejércitos…” (Jeremías 19:1-15); “Así me dijo el Señor: «Hazte unas ataduras y un yugo y póntelos sobre el cuello… Porque así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: ‘Voy a poner un yugo de hierro sobre el cuello de todas estas naciones para someterlas a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y ellas se sujetarán a él. También a las bestias del campo las someteré a su poder’ ”»” (Jeremías 27:2, 28:14). O la del cabello afeitado y dividido, y la del equipaje de exiliado, de Ezequiel: “»Tú, hijo de hombre, toma ahora una espada afilada, y úsala como navaja de afeitar para raparte la cabeza y afeitarte la barba. Toma luego una balanza y divide tu cabello cortado…” (Ezequiel 5:1-13); “La palabra del Señor vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, vives en medio de un pueblo rebelde. Tienen ojos para ver, pero no ven; tienen oídos para oír, pero no oyen. ¡Son un pueblo rebelde! »Por tanto, hijo de hombre, prepara tu equipaje para el exilio y a plena luz del día, a la vista de todos, saldrás como quien va exiliado a otro lugar. Tal vez así entiendan…” (Ezequiel 12:1-16). También el simbolismo contenido en los nombres de los hijos del profeta Isaías: “… Luego tuve relaciones con la profetisa y ella concibió y dio a luz un hijo. Entonces el Señor me dijo: «Ponle por nombre Maher Salal Jasbaz… ” (Isaías 7:3; 8:1-4).

Algo que se repite con Oseas: “Entonces el Señor dijo: «Ponle por nombre Jezrel, porque dentro de poco haré que la casa real de Jehú pague por la masacre en Jezrel… Ella volvió a concebir y dio a luz una niña. Entonces el Señor dijo a Oseas: «Ponle por nombre Lorrujama, porque no volveré a mostrar amor al reino de Israel, sino que le negaré el perdón… Cuando ella dejó de amamantar a Lorrujama, volvió a concebir y tuvo otro hijo. Entonces el Señor dijo a Oseas: «Ponle por nombre: Loamí, porque ustedes no son mi pueblo y yo no soy su Dios” (Oseas 1:4-9); y las más polémicas: la orden a Abraham de sacrificar a Isaac: “Pasado cierto tiempo, Dios puso a prueba a Abraham: ꟷ¡Abraham! ꟷAquí estoy ꟷrespondió. Y Dios ordenó: ꟷToma a tu hijo Isaac, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré…” (Génesis 22:1-14); a Isaías de andar desnudo y descalzo por tres años: “El año en que un alto oficial enviado por Sargón, rey de Asiria, fue a Asdod, atacó esa ciudad y la conquistó.En aquel tiempo el Señor habló por medio de Isaías, hijo de Amoz. Le dijo: «Anda, quítate la ropa de luto y las sandalias». Así lo hizo Isaías; anduvo desnudo y descalzo…” (Isaías 20:1-6); a Ezequiel de no hablar hasta nueva orden: “… Yo haré que se te pegue la lengua al paladar; así te quedarás mudo y no podrás reprenderlos, por más que sean un pueblo rebelde. Pero cuando yo te hable, te soltaré la lengua y les advertirás… La noche anterior, antes de que el fugitivo llegara hasta mí por la mañana, la mano del Señor vino sobre mí y abrió mi boca. Así fue abierta mi boca y dejé de estar en silencio” (Ezequiel 3:22-27; 24:25-27; 33:22), de construir una maqueta de la sitiada ciudad de Jerusalén, acostarse sobre un solo costado de su cuerpo y comer alimentos cocinados con excremento: “»Hijo de hombre, toma ahora un ladrillo, ponlo delante de ti y dibuja en él la ciudad de Jerusalén. Acampa a su alrededor y ponle sitio; levanta torres de asalto contra ella y construye una rampa que llegue hasta la ciudad; instala máquinas para derribar sus murallas… »Acuéstate sobre tu lado izquierdo y echa sobre ti el pecado de los israelitas…. »Cuando cumplas ese plazo, volverás a acostarte, pero esta vez sobre tu lado derecho… Cocerás ese pan con excremento humano y a la vista de todos lo comerás como si fuera una torta de cebada»… «Está bien ꟷme respondióꟷ, te doy permiso para que hornees tu pan con excremento de vaca en vez de excremento humano»” (Ezequiel 4:1-17).

Además de esto, está también el no hacer duelo por la muerte de su esposa: “La palabra del Señor vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, voy a quitarte de golpe el deleite de tus ojos. Pero no llores ni hagas lamentos, ni dejes tampoco que te corran las lágrimas. Gime en silencio y no hagas duelo por los muertos. Átate el turbante, cálzate los pies y no te cubras la barba ni comas el pan de duelo». Por la mañana hablé al pueblo y por la tarde murió mi esposa. A la mañana siguiente, hice lo que se me había ordenado…” (Ezequiel 24:15-24); a Jeremías, de comprar terrenos en territorios a punto de caer en manos enemigas: “… «La palabra del Señor vino a mí y me dijo: ‘Janamel, hijo de tu tío Salún, vendrá a pedirte que le compres el campo que está en Anatot… »En efecto, conforme a la palabra del Señor, mi primo Janamel vino a verme en el patio de la guardia y me dijo: “Compra ahora mi campo que está en Anatot… »Entonces comprendí que esto era palabra del Señor, y compré a mi primo Janamel el campo de Anatot… Mi Señor y Dios, a pesar de que la ciudad caerá en manos de los babilonios, tú me has dicho: ‘Cómprate el campo al contado en presencia de testigos’»” (Jeremías 32:6-15); y a Oseas, de tomar por esposa a una prostituta en ciernes como Gómer y, después de ser avergonzado y abandonado por ella, volverla a comprar en el mercado de esclavos para restaurarla como esposa: “Cuando el Señor comenzó a hablar por medio de Oseas le dijo: «Ve y toma por esposa una prostituta y ten con ella hijos de prostitución, porque el país se ha prostituido por completo. ¡Se ha apartado del Señor!». Oseas fue y tomó por esposa a Gómer, hija de Diblayin, la cual concibió y dio a luz un hijo… El Señor me dijo: «Ve y vuelve a amar a tu esposa, aunque sea amante de otro y adúltera. Ámala como ama el Señor a los israelitas, aunque se hayan vuelto a otros dioses y se deleiten con las tortas de pasas consagradas que les ofrecen». Compré entonces a esa mujer por quince siclos de plata y un jómer y un létec de cebada…” (Oseas 1:2-3; 3:1-3). Debido a su particular contexto histórico y contenido simbólico, estas acciones dramáticas y extravagantes están restringidas únicamente a estos personajes, razón por la cual su ejecución no concierne al creyente del Nuevo Testamento, por lo que está fuera de lugar discutir o cuestionar hoy su conveniencia ética, es decir si fue correcto o no. Lo único que cabe considerar aquí es lo dicho por Agustín: “Lo que hacen tus siervos, lo hacen, o para atender a la necesidad presente, o para prefigurar lo venidero”.

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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