Partiendo del reconocimiento de que la Biblia es la Palabra de Dios, las diferentes ramas y denominaciones cristianas a través de la historia han sostenido desacuerdos en su interpretación en algunos aspectos que, sin embargo, no suelen ser graves por cuanto no ponen en juego ningún aspecto de lo que se conoce como la “sana doctrina”, sostenida y defendida por toda iglesia que pretenda llamarse cristiana. En realidad, los desacuerdos de fondo surgen cuando se comienza a poner en tela de juicio a la Biblia como palabra de Dios y no se la tiene en cuenta por lo que es. Podría decirse que la doctrina de la inspiración divina de la Biblia es el punto de inflexión que distingue y marca los linderos que separan a las posturas teológicas cuestionablemente liberales de las posturas teológicas confiablemente conservadoras. En efecto, para los cristianos liberales la Biblia a lo sumo contiene palabra de Dios en una proporción indefinida, mientras que para los cristianos conservadores la Biblia es en su totalidad la palabra de Dios con absoluta exclusividad, al margen de que las personas la reconozcan o no como tal. La secta judía de los saduceos únicamente creía en la inspiración divina del Pentateuco o los cinco primeros libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio o lo que conoce también como La Torá, negando a los demás libros de la Biblia esta inspiración, razón por la cual fueron censurados por el Señor Jesucristo con estas palabras: “Jesús les contestó: -Ustedes andan equivocados porque desconocen las Escrituras y el poder de Dios” (Mateo 22:29)
La Biblia: inspirada y confiable
13 marzo, 2022
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“Es la confianza en la Biblia lo que distingue a los cristianos confiablemente conservadores de los cuestionablemente liberales”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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