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La alabanza transformadora

“La alabanza sincera nunca deja las cosas igual sino que transforma de manera favorable e insospechada nuestras circunstancias”

Estamos equivocados si pensamos que un canto sincero de alabanza a Dios deja todo en su sitio, sin hacer diferencias. La música que dirigimos a Dios nos dignifica, honrando el propósito para el cual fuimos creados, y es especialmente meritoria cuando se ofrece en circunstancias difíciles o adversas en las cuales nos cuesta trabajo encontrar motivos para alabar a Dios, demandando de nosotros un sacrificio de la voluntad. En la Biblia encontramos varios casos que ilustran cómo la música dirigida a Dios con humildad y sinceridad, puede obrar cambios extraordinarios en las situaciones más desventajosas. El rey Josafat ganó una de las batallas más desiguales en su contra sin siquiera combatir, mediante la alabanza. David ahuyentaba a los demonios ejecutando música de alabanza en su arpa; y Pablo y Silas en particular fueron liberados del cepo y de la cárcel en Filipos, cuando entonaron canciones a Dios: “Después de darles muchos golpes, los echaron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que los custodiara con la mayor seguridad. Al recibir tal orden, éste los metió en el calabozo interior y les sujetó los pies en el cepo. A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban. De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas” (Hechos 16:23-26). Por eso podríamos ser gratamente sorprendidos al asumir la actitud que Pablo recomienda en sus epístolas. “… canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón” (Colosenses 3:16)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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