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Segmentos

He aquí al hombre

“Jesucristo es Dios y hombre, pero no un simple hombre entre muchos, sino el hombre por excelencia a quien debemos conformarnos”

Es famosa la expresión latina Ecce homo que se traduce “He aquí al hombre”, pronunciada originalmente por el procurador romano Poncio Pilato para referirse al Señor Jesucristo durante su amañado juicio, mientras era escarnecido por todos: “Cuando salió Jesús, llevaba puestos la corona de espinas y el manto de color púrpura. -¡Aquí tienen al hombre! -les dijo Pilato” (Juan 19:5). Esta sencilla declaración ha adquirido notoriedad debido a que, aun a su pesar y sin ser consciente del alcance de lo que estaba diciendo, este funcionario del imperio estaba haciendo una declaración muy veraz de profundo contenido, significado y alcance. Al presentar a Cristo de esta manera delante de la multitud, Pilato estaba sirviendo providencialmente como una especie de altoparlante al inconsciente colectivo de la humanidad que encuentra en Cristo al hombre, es decir, al paradigma al que debería mirar y conformarse todo ser humano a lo largo de la historia, haciendo de Cristo el arquetipo ideal de lo que deberíamos ser todos y cada uno de nosotros si no fuéramos indiferentes, resistentes o reticentes a Dios en la persona de Cristo. De hecho, el apóstol Pablo sintetiza así el propósito práctico de la vida cristiana, que no es otro que todos lleguemos: “… a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo” (Efesios 4:13), esmerándose en su apostolado: “para presentarlos a todos perfectos en él” (Colosenses 1:28), llegando a afirmar que, por esta causa, sufría, prácticamente, “dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes” (Gálatas 4:19), de una manera que sólo la fe en Él hace posible.

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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