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Hacer lo correcto por las razones correctas

“No se trata tan sólo de que el incrédulo no quiera obedecer la voluntad de Dios. Se trata de que aun queriendo hacerlo, no puede”

Los no creyentes son capaces eventualmente de actuar conforme a elevados estándares éticos y morales que pueden superar externamente a los de un significativo número de creyentes que dejan qué desear; pero eso no les garantiza el favor y la aprobación de Dios con miras a la salvación, en la medida en que sus actuaciones no provengan de la fe y estén fundamentadas en las motivaciones e intenciones correctas, que son, en su orden, hacer las cosas por amor a Dios y hacerlas también para la gloria de Dios. Así, la impotencia moral y ética que la Biblia revela en los no creyentes no tiene que ver con su incapacidad para hacer lo correcto, sino más bien con su incapacidad para hacer lo correcto por las razones correctas. Es a eso a lo que se refiere la Biblia cuando afirma que el motivo por el cual la mentalidad pecaminosa no se somete a la ley de Dios no es sólo porque no quiere ─aunque éste sea el caso en muchas oportunidades─, sino porque aún si quisiera, no es capaz de hacerlo, pues: “La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo” (Romanos 8:7), ratificando las palabras del Señor Jesucristo cuando sostenía en su momento de manera enfática y absoluta que: “… separados de mí no pueden ustedes hacer nada” (Juan 15:5).En consecuencia, la mala voluntad que muchos no creyentes manifiestan abierta o sutilmente hacia Dios y sus preceptos puede no ser más que una forma de encubrir su impotencia, pues cuando existe una voluntad dispuesta, ésta conduce a la fe y al evangelio, junto con el poder que nos confiere para hacer lo correcto por las razones correctas.

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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