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En la boca del lobo de manera temeraria

“Las promesas de protección divina no nos autorizan a meternos en la boca del lobo de manera irreflexiva, imprudente y temeraria”

Cobardía, valentía o temeridad constituyen las opciones que toda persona tiene siempre en frente a la hora de hacerse cargo con madurez de las dificultades y desafíos que la vida pone por delante de todos nosotros. El cobarde huye o le da la espalda a las situaciones, guiado por el temor y el miedo, eludiendo o difiriendo de manera indefinida las decisiones responsables que se requieren de él al respecto, optando así por los escapismos infructuosos que no logran más que agravar los problemas. El temerario, por el contrario, no rehúye ni aun los retos y desafíos que no valdría la pena ni siquiera asumir, pues lo ponen en un riesgo innecesario que, por lo tanto, podrían y deberían muy bien evitarse con una retirada magistral y estratégica para enfocarse de forma selectiva en lo que realmente tiene importancia. El valiente, finalmente, es el que pondera sus opciones con sabiduría y decide no pelear, sino retirarse, de las batallas en las que ni siquiera vale la pena involucrarse, identificando a su vez las que son inevitables e incluso necesarias, superando entonces sus temores para asumir de manera responsable y esforzada sus obligaciones y todas las decisiones consecuentes que aquellas impliquen, por difíciles que puedan ser. Y en esta óptica el cristiano debe ser valiente, no cobarde ni temerario, pues es esta actitud valiente, sabia, madura y responsable del creyente la que le garantiza la protección y la victoria prometida por Dios a los suyos en términos tan tranquilizadores y seguros como estos: “¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?” (Romanos 8:31)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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