En el libro El Reto de Dios se habla de la triple negación que el apóstol Pedro hizo del Señor designándola como el “síndrome de Pedro”, relatado así en el evangelio: “Pero él lo negó. -Muchacha, yo no lo conozco. Poco después lo vio otro y afirmó: -Tú también eres uno de ellos. -¡No, hombre, no lo soy! -contestó Pedro. Como una hora más tarde, otro lo acusó: -Seguro que éste estaba con él; miren que es galileo. -¡Hombre, no sé de qué estás hablando! -replicó Pedro. En el mismo momento en que dijo eso, cantó el gallo” (Lucas 22:57-60). Como puede verse, Pedro fue en su momento víctima de este mal cuando, al ser interrogado por quienes lo reconocieron y le preguntaron si él era uno de los seguidores de Cristo, respondió de tres maneras: “no lo conozco”, “no lo soy”, “no sé”. El negó su identidad. Y el ignorar quienes somos viene siempre acompañado de las otras dos ignorancias; no conocer ni saber nada. Ignorar lo que somos nos coloca, pues, a la deriva sin conocer de dónde venimos ni para donde vamos, y sin saber tampoco lo que debemos hacer y lo que podemos esperar en la coyuntura en la que nos encontramos. Por eso es urgente superar el síndrome de Pedro, ya que hoy: “… más que nunca, necesitamos… Ser… conocer… y saber” (El Reto de Dios). Cristo vino a restaurar la identidad de la humanidad haciéndonos conscientes de quienes somos realmente para que conozcamos y sepamos. Pero entre estos tres verbos, el principal y más determinante es el primero, pues si tenemos claro quiénes somos, todo lo demás termina siendo cayendo en su lugar de forma natural.
El síndrome de Pedro
24 junio, 2022
2 Lectura mínima
“Pedro negó al Señor diciendo ‘no lo conozco’, ‘no lo soy’ y ‘no sé’, pues cuando no somos tampoco sabemos ni conocemos nada”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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