La Biblia dice que Dios creó todo en seis días y el séptimo reposó, destinando entonces un día a la semana al reposo de nuestras actividades laborales habituales para entrar en el reposo de Dios, mediante la participación en la adoración y la comunión congregacional concentrada en Él y en la exposición de su revelación en la Biblia. Dios sigue disfrutando desde entonces de este reposo en lo que tiene que ver con Su actividad creadora, pues en lo que respecta a Su actividad sustentadora, por la que sigue sosteniendo Su creación para que continúe subsistiendo, Él no deja nunca de trabajar, como lo reveló el Señor Jesucristo: “… ─Mi Padre aún hoy está trabajando, y yo también trabajo” (Juan 5:17). Y si bien el sábado, entre los judíos, o el domingo, entre los cristianos indistintamente, es el día por excelencia designado para este propósito, lo cierto es que en virtud del sincero arrepentimiento y de la fe en Cristo, en el marco de la comunión diaria con Dios que Cristo hizo posible al reconciliarnos con Él en la cruz; todos podemos obtener un verdadero y continuo descanso, superior a cualquiera que podamos nosotros mismos prodigarnos en este mundo: “Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor… Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas…”. Por eso: “Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de desobediencia” (Hechos 3:19; Hebreos 4:9-11)
El reposo de Dios
20 septiembre, 2022
2 Lectura mínima
“No hay vacaciones que se comparen con lo que obtenemos cuando nos volvemos a Dios con verdadero arrepentimiento y fe”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario