Las ventajas que los creyentes del Nuevo Testamento tienen en comparación con los del Antiguo son tales, que el Señor se refirió a ellos diciendo: “Pero dichosos los ojos de ustedes porque ven, y sus oídos porque oyen. Porque les aseguro que muchos profetas y otros justos anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron” (Mateo 13:16-17).De hecho al referirse a Juan Bautista, el más grande de los profetas del Antiguo Testamento por haber visto y participado personalmente, como heraldo escogido, en el cumplimiento de lo que los anteriores a él anunciaron, el Señor dijo: “Les digo que entre los mortales no ha habido nadie más grande que Juan; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él.»” (Lucas 7:28). El más pequeño creyente del Nuevo Testamento es, pues, más grande que el mayor de los creyentes del Antiguo, no porque individualmente lo sea, sino porque pertenece a la categoría superior de quienes, gracias a la comprensión del misterio de Cristo adquirida mediante la experiencia de conversión y la revelación obtenida luego de su muerte y su resurrección en virtud del descenso del Espíritu Santo sobre la iglesia en Pentecostés, son el punto culminante al que miran y apuntan ángeles y profetas, pues: “A ellos se les reveló que no se estaban sirviendo a sí mismos, sino que les servían a ustedes. Hablaban de las cosas que ahora les han anunciado los que les predicaron el evangelio por medio del Espíritu Santo enviado del cielo. Aun los mismos ángeles anhelan contemplar esas cosas” (Hebreos 1:12)
El más pequeño es más grande
13 mayo, 2022
2 Lectura mínima
“Aún el más grande y elogiado de los mortales de la historia no se compara con el más pequeño de los hijos de Dios en su reino”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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