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Segmentos

El acompañamiento de Dios

“El verdadero secreto del éxito consiste en asegurarnos en que dondequiera que vayamos Dios esté más que dispuesto a acompañarnos”

La sabiduría popular ha acuñado ciertos dichos como aquel que afirma que “los necios entran corriendo donde los ángeles temen pisar”, para indicar la manera en que nos metemos fácilmente en problemas por nuestra necia imprudencia y temeridad que nos lleva a incursionar en lugares peligrosos y a involucrarnos en situaciones amenazantes de manera gratuita e innecesaria, cuando podríamos muy bien haberlas evitado de haber actuado con sabiduría. Los cristianos no podemos, pues, forzar las promesas divinas de respaldo, protección y acompañamiento de Su parte para pretender que Él esté con nosotros y nos conceda el éxito en todo lo que emprendemos si, para empezar, lo que emprendemos no es de su agrado ni cuenta con su sanción favorable. No se trata, entonces, de marchar al frente esperando que Dios vaya tras nosotros guardándonos la espalda, pues al volver la vista tal vez descubramos que nos encontramos solos y que Él no nos acompaña para no terminar avalando así una senda equivocada; sino de dejar que Dios vaya al frente de nosotros guiándonos por la senda correcta y allanando el camino delante de nosotros para conducirnos exitosamente a donde deberíamos ir. Sólo así adquiere sentido la orden y la consecuente promesa que Dios dirige a Josué y a los creyentes en general garantizando que Su presencia estará con nosotros en todo lo que tengamos que afrontar: “Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.»” (Josué 1:9)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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