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La meditación y la Biblia

“Meditar no consiste en dejar la mente en blanco, sino en repetir y reflexionar en algo tan a fondo que se refleje en nuestros actos”

Meditar es una palabra que, en el medio cristiano, se suele evitar al punto de llegar a satanizarla al asociarla casi de manera exclusiva con la meditación trascendental incluida en las prácticas de yoga propias de las religiones del Lejano Oriente, en las que su finalidad es la relajación y el vaciamiento de la mente mediante la repetición continua de mantras ininteligibles e incomprensibles. Pero en la tradición del Medio Oriente en general, y en particular en la del pueblo judío, la meditación es algo muy diferente y consiste en la repetición consciente y profundamente reflexiva de un texto determinado de modo que a fuerza de repetirlo y reflexionar en él, no sólo se aprenda de memoria, como corresponde a una cultura de tradición oral; sino se penetre cada vez de manera más profunda en su comprensión y significado verdadero mediante todo tipo de asociaciones lógicas, racionales y afectivas que puedan establecerse alrededor de él en conexión con la experiencia cotidiana de la comunidad y cada uno de los individuos que la conforman. Así, la comprensión y entendimiento alcanzado en relación con el texto en el que se ha meditado llega a ser tan completa y familiar que nos apropiamos de él al punto de que se refleja de manera cada vez más fluida y natural en nuestra conducta, moldeándola para bien conforme a la verdad revelada por Dios a los hombres. Mantiene, pues, toda su vigencia la instrucción del Señor: “Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito” (Josué 1:8)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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