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Segmentos

De Jerusalén hasta los confines de la tierra

“El poder que el Espíritu Santo nos confiere para testificar de Cristo debe comenzar en casa antes de pretender llegar más lejos”

Muchos ubican a las misiones en la cúspide de la vocación cristiana por involucrar el encuentro con culturas, pueblos, etnias y naciones diferentes a las propias y, por consiguiente, la adquisición de un satisfactorio conocimiento de ellas para lograr comprenderlas e impactarlas favorable y eficazmente con el evangelio de Cristo. Pero en realidad son pocos los que reciben este llamado, al margen de su exigencia. Sin embargo, las misiones no son la única manera en que el cristiano puede cumplir su obligación evangelística. Aún el apóstol Pablo, misionero a los gentiles por elección divina, tuvo no obstante y a su pesar que surtir los pasos establecidos para poder cumplir en su momento su llamado misionero con el pleno respaldo divino, viéndose empujado antes que nada a comenzar en Tarso, su ciudad de origen, evangelizando presumiblemente a su propia familia antes de pretender alcanzar a los gentiles establecidos en los confines de la tierra, en línea con la instrucción del Señor en vísperas de su ascensión: “Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hechos 1:8). Por consiguiente, cualquiera que sea la naturaleza y el alcance de nuestra vocación y llamado, el contexto inmediato para desarrollarlo es el provisto por nuestro propio entorno familiar y social inmediato (nuestro “Jerusalén”) antes de pretender llegar más lejos, hasta los confines de la tierra. Ya lo dijo el erudito cristiano Ravi Zacharías: “… Si mi etnia y mis desilusiones son parte del diseño de Dios para mi vida, resulta lógico pensar que también lo será mi llamado”

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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