Elie Wiesel decía que: “El hombre es el único animal que ríe y llora, porque es el único al que le indigna que las cosas no sean como deberían ser.” El llanto es, sin duda, una de las manifestaciones emotivas más frecuentes y surtidas de las emociones humanas de todo tipo, pero que se asocia de manera mayoritaria con la tristeza, el dolor y el sufrimiento. En la Biblia encontramos un ilustrativo catálogo de las variadas situaciones que dan lugar al llanto. El versículo tal vez más corto en extensión -más no así en contenido-, que encontramos en la Biblia se halla en Juan 11:35 donde leemos que “Jesús lloró” ¡Que impactante, revelador y conmovedor! Dios mismo, en su voluntariamente asumida condición humana, experimentó en su propio ser esta realidad que nos toca a todos; y precisamente por haber vivido esta experiencia, puede identificarse plenamente con todos y cada uno de los dramas humanos. Jesús lloró al sentir el dolor por la partida de su amigo Lázaro, experimentando de forma solidaria, sentida y espontánea el sufrimiento de aquellas a quienes amaba: Marta y María. Pero su llanto cubre una gama de situaciones muy amplia que, cuando obedece a las causas correctas, involucra la promesa del mismo Señor Jesucristo de ser consolados en su momento, sustituyendo nuestra tristeza por dicha plena y sin fin. Momento que el apóstol Juan describe en el último libro de la Biblia con estas gráficas, terminantes y sublimes palabras: “Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.»” (Apocalipsis 21:4)
Cristo llora con nosotros
13 agosto, 2022
2 Lectura mínima
“No estamos solos pues hasta que el llanto y el dolor desaparezcan, Dios llora con nosotros cuando nosotros lo hacemos”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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