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Cristianos de otras confesiones

“La unidad en la iglesia nos permite descubrir a Cristo presente también en cristianos de confesiones diferentes a la nuestra”

La acción del Espíritu Santo no está supeditada ni restringida únicamente a una iglesia, a un grupo de iglesias abarcadas por el rótulo de una denominación cristiana cualquiera, o a una sola de las tres grandes ramas de la cristiandad. Él es libre y soberano y su acción es la mayor parte de las veces sutil, excediendo con frecuencia el ámbito de influencia de las iglesias. Entre otros, Él actúa promoviendo la unidad que todos los creyentes estamos llamados a manifestar como hermanos y miembros solidarios del cuerpo de Cristo. Pero la unidad de la iglesia no es de carácter institucional, a la manera del ecumenismo, estableciendo una única organización eclesiástica de cobertura mundial, pues la unidad de la iglesia no es de índole administrativa o confesional desde el punto de vista de la exactitud doctrinal, sino orgánica, semejante a la unidad que un organismo vivo posee, a pesar de la variedad de las células, órganos y miembros que lo conforman, y la cabeza de este cuerpo no es ninguna otra más que Cristo. Por eso, en lo que concierne al trato entre creyentes en Cristo, y no al trato interinstitucional entre iglesias, las cuales deben de cualquier modo defender las doctrinas que las identifican y distinguen; la libertad concedida por el Espíritu Santo nos permite ir más allá de los linderos confesionales de nuestra propia denominación y, sin perjuicio de nuestras diferencias, cultivar no obstante un trato fraternal con cristianos de otras confesiones diferentes a la nuestra, trascendiéndolas de tal modo que: “… En aquel día ustedes se darán cuenta de que yo estoy en mi Padre, y ustedes en mí, y yo en ustedes” (Juan 14:18-20)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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