Volviendo a la ya aludida definición de un atajo como el camino más corto a un lugar al que no deseábamos ir, y conscientes de que tener la meta en la mira es tal vez lo más importante para poder alcanzarla; también debemos advertir que esto no es ni mucho menos lo único. Tan importante como la meta es el camino que recorremos para llegar a ella. El problema es que el llamado “conducto regular”, entendido como el medio legítimo para acceder a la meta de forma cierta y segura, está siendo dejado cada vez más de lado con el maquiavélico y peligroso pretexto de que, después de todo: “el fin justifica los medios”. En relación con Dios y los asuntos de fe asociados a Él, hace carrera la expresión “yo creo en Dios, pero a mi manera”. La “fe a mi manera” es, pues, la fe dominante en nuestra época en que muchos han sacado de contexto la expresión “todos los caminos conducen a Roma”, para trasladarla de forma arbitraria a la fe mediante la frase “todas las religiones conducen a Dios”, promoviendo un universalismo y ecumenismo indiscriminado caracterizado por una mezcla indiferenciada de creencias religiosas, al mejor estilo del sincretismo religioso de la antigüedad, promovido por el imperio romano en su Panteón o templo dedicado, como concesión, a todos los dioses de los pueblos conquistados. Pero la “fe a mi manera”, además de carecer de fundamento y no contar con demostraciones a su favor, es también contraria a la lógica más elemental y a la terminante declaración de Cristo cuando dijo: “–Yo soy el camino, la verdad y la vida –le contestó Jesús–. Nadie llega al Padre sino por mí” (Juan 14:6)
Caminos y atajos
21 agosto, 2022
2 Lectura mínima
“La tentación de dejar el camino para tomar atajos en la vida lo único que logra es llevarnos a un lugar al que no queríamos ir”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario