Tradicionalmente la filosofía materialista ha estado asociada a las ideologías políticas y económicas de izquierda influidas por el comunismo de Marx y Engels como el producto final de su “materialismo dialéctico”, nombre que recibe su sistema de pensamiento porque postula a la materia y las dinámicas inherentes a ella como el único principio que lo explica todo, incluyendo el comportamiento del ser humano en el contexto de la sociedad en términos estrictamente económicos, reduciendo al ser humano a mera materia, negando tanto a Dios y a la realidad espiritual en general, como al componente inmaterial y trascendente del ser humano en particular. Pero el pensamiento de derecha que se ubica en el extremo opuesto del espectro y se halla asociado a las ideologías económicas y políticas capitalistas y liberales respectivamente, no deja de ser también muy materialista al promover el consumismo de quienes compran cosas que no necesitan, con dinero que no tienen, para impresionar a personas a las que no les importan, bajo la engañosa y equivocada idea de que nuestra posición social, así como nuestras posesiones y bienes de fortuna determinan nuestro valor como personas. Así, pues, en últimas, tanto el comunismo como el capitalismo reducen al hombre a una simple totalidad cuantificable y acumulativa de bienes de consumo, al margen de cómo se distribuyan. Y contra ambos el Señor se pronuncia de manera categórica: “¡Tengan cuidado! –advirtió a la gente–. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes” (Lucas 12:15)
Avaricia sin distinciones
30 mayo, 2022
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“No solo el comunismo, sino también el capitalismo es materialista pues ambos reducen al ser humano a meros cálculos económicos”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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