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Apuestas ganadoras

“Nuestros problemas comenzaron con una mala decisión de Adán y Eva, pero su solución comienza con una buena decisión nuestra”

El coro de la canción “Decisiones” del cantante y compositor panameño Rubén Blades dice así: “Decisiones, cada día, alguien pierde, alguien gana, Ave María. Decisiones, todo cuesta, salgan y hagan sus apuestas, ciudadanía”. En este orden de ideas, nuestros primeros padres, Adán y Eva, hicieron una apuesta en la que ellos y todos nosotros, sus descendientes, perdimos. Esta apuesta tuvo el elevado costo de que a partir de ese momento nuestra voluntad está inclinada hacia la desobediencia con todos los problemas, dolores y sinsabores que esto ha traído para la humanidad entera a lo largo de la historia. A pesar de esto y dado que nunca hemos sido, sin embargo, despojados de nuestra capacidad de decisión; todos y cada uno de nosotros podemos todavía, por la gracia de Dios, decidir personalmente de manera contraria a como lo hicieron nuestros primeros padres y hacer así una apuesta en la que comencemos a ganar de una manera  creciente y manifiesta, a semejanza de la decisión tomada por Josué en su propio nombre y en el de su familia, exhortándonos a que lo imitemos al respecto: “»Por lo tanto, ahora ustedes entréguense al Señor y sírvanle fielmente. Desháganse de los dioses que sus antepasados adoraron al otro lado del río Éufrates y en Egipto, y sirvan sólo al Señor. Pero si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor” (Josué 24:14-15)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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