Antinomianismo

Antinomianismo es el nombre que recibe una tergiversación perversa del evangelio denunciada y combatida por Pablo al identificar las objeciones malintencionadas que algunos hacían de él: “Alguien podría objetar: «Si mi mentira destaca la verdad de Dios y así aumenta su gloria, ¿por qué todavía se me juzga como pecador? ¿Por qué no decir: Hagamos lo malo para que venga lo bueno?» Así nos calumnian algunos, asegurando que eso es lo que enseñamos…” (Romanos 3:7-8). Y es que el antinomianismo es: “… el punto de vista de que la ley moral no aplica a los cristianos, quienes más bien están bajo la ley de la gracia. Debido a que la salvación no llega a través de las obras sino mediante la gracia, se puede llegar a creer entonces que los esfuerzos morales pueden pasarse por alto”, señalando cómo, a lo largo de la historia: “algunos individuos o grupos han buscado combinar la vida espiritual con la licencia moral, pero las Escrituras no dejan duda de que la nueva vida en Cristo significa morir a los antiguos malos deseos” (Biblia de Estudio Arqueológica). Como lo dice Harper, el antinomianismo: “En su manifestación más extrema ha llevado al concepto de que mientras más peque el hombre, más abundará la gracia de Dios”, retorciendo las enseñanzas paulinas para llegar a afirmar que si el pecado ofrece a Dios la oportunidad de mostrar lo grandioso de su gracia, entonces deberíamos pecar una y otra vez.Pero el apóstol es tajante y concluyente a este respecto: ^“Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!” (Romanos 6:15)