Es un hecho ya establecido sin discusión alguna que, el punto de referencia que se ha impuesto en todo el mundo para la ubicación cronológica de cualquier acontecimiento es el “anno domini” o el año del Señor, que divide la historia entre antes de Cristo y después de Cristo y no antes de Buda y después de Buda, mostrando así de forma muy gráfica e inmediata la mucha mayor importancia que Jesucristo ha tenido en la historia en comparación con cualquier otro dirigente espiritual que haya fundado alguna religión. Partiendo de esto se pueden hacer también otras consideraciones y deducciones, como lo es, por ejemplo, que todos quienes vinieron antes de Él son una de dos cosas: Por una parte, quienes lo antecedieron y se ubican por fuera de la tradición bíblica fueron en último término, con todo y sus presumibles buenas intenciones y concediéndoles así el beneficio de la duda en relación con sus motivaciones, impostores que al final terminan de un modo u otro extraviando y engañando a sus seguidores. Y por otra parte, quienes se ubican dentro de la tradición bíblica, fueron entonces, heraldos que prepararon, anunciaron, anticiparon y tipificaron en algún aspecto el advenimiento de Cristo, punto culminante e insuperable de la revelación de Dios a los hombres que pone todo lo demás en la perspectiva correcta, tanto en lo que tiene que ver con sus predecesores: “Todos los que vinieron antes de mí eran unos ladrones y unos bandidos, pero las ovejas no les hicieron caso” (Juan 10:8), como con sus posteriores y más o menos destacados voceros en el marco del cristianismo, siempre inferiores y subordinados a Él.
Año Domini
7 agosto, 2022
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“Si no se dice que Cristo vivió 500 años después de Buda sino que Buda vivió 500 años antes de Cristo, ¿quién será más importante?”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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