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Alcanzando a los propios, luego a los ajenos

“El poder del evangelio alcanza a todo grupo humano, pero debe alcanzar primero a nuestro propio grupo antes que al grupo ajeno”

Pablo, el “apóstol de los gentiles” por excelencia, tuvo siempre claro que esta vocación no lo exoneraba de su obligación evangelística hacia su propio pueblo, los judíos. Y esto debido a que, ya al comienzo de su ministerio apostólico y de la labor evangelística que éste implicaba, se vio empujado antes que nada por circunstancias providenciales a retornar a Tarso, su ciudad de origen, y comenzar allí de manera muy presumible, a evangelizar a su propia familia y a los suyos, antes de pretender alcanzar a los gentiles establecidos en los confines de la tierra. Así, pues, de forma muy coherente, Pablo implementó en su ministerio posterior a los gentiles un parámetro que cumplió rigurosamente siempre que estuvo en sus manos hacerlo: anunciar el evangelio primero en las sinagogas judías de las ciudades a las que arribaba, aprovechando su condición de rabino que le permitía dirigirse a cada comunidad judía y tener de este modo en las sinagogas de entrada una audiencia cautiva, y sólo cuando enfrentaba la profetizada y ya anunciada oposición por parte de los suyos que él siempre tuvo presente, citándoles la profecía de Isaías 6:9-10: “… ‘Por mucho que oigan, no entenderán; por mucho que vean, no percibirán’. Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; se les han embotado los oídos, y se les han cerrado los ojos…” (Hechos 28:26-27); volverse de lleno a los gentiles. Gracias a ello, pudo siempre salvar su responsabilidad diciendo: “A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles” (Romanos 1:16)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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