Los científicos emprendieron a finales del siglo XX la búsqueda de otros seres inteligentes en el universo, similares pero distintos a la raza humana que habita el planeta Tierra. Con este fin se dedicaron a la búsqueda de señales de radio con características tales que su origen y emisión únicamente pudiera atribuirse a seres inteligentes de carácter personal como nosotros y no a meros fenómenos aleatorios impersonales presentes en el universo, enfocándose en la búsqueda y detección de mensajes inteligentes para entrar luego en contacto con los seres que los emitieron. Pero todo parece indicar que no había que ir tan lejos, pues el mensaje inteligente por excelencia que pone en evidencia la existencia de inteligencias muy superiores a la nuestra en el universo se halla en cada una de las células de todos los seres vivos del planeta y se conoce como el ADN. Éste es, pues, el mensaje inteligente que pone en evidencia la existencia de una inteligencia similar, pero muy superior a la nuestra: la existencia de Dios, el Ser vital por excelencia que codificó no sólo el lenguaje de la vida presente en nuestras células, sino el que inspiró también la Biblia que contiene su revelación a los hombres en la persona de Cristo ─el Verbo de Dios hecho hombre─ con claridad suficiente para toda persona desprejuiciada y honesta, como lo dijo el apóstol: “En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad” (Juan 1:1-4)
ADN: Mensaje inteligente
2 julio, 2022
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“A quienes no les inquieta el origen de la Biblia pero si el del ADN, deben tener en cuenta que ambos tienen la misma procedencia”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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