Si bien es cierto que el águila era considerada en la ley un animal impuro cuya carne no podía ser consumida; sus rasgos son exaltados en la Biblia y mencionados de manera elogiosa, como por ejemplo su velocidad de vuelo, su ataque fulminante y su capacidad para encumbrarse y hacer sus nidos en los lugares más elevados e inaccesibles. Dios mismo representa en Deuteronomio de forma metafórica Su cuidado sobre Su pueblo como el de un águila que revolotea sobre sus polluelos, despliega su plumaje sobre ellos y los lleva sobre las alas como un águila. Asimismo, en la parábola del capítulo 17 de Ezequiel dos águilas representan los poderes de dos potencias militares de la época: Babilonia y Egipto y este mismo profeta describe simbólicamente a ese enigmático grupo de elevados y majestuosos querubines celestiales designados como los “seres vivientes” en su libro, con cuatro rostros diferentes por cada uno de sus costados: rostro de hombre, de león, de toro y de águila, descripción que aparece de nuevo en el libro de Apocalipsis del apóstol Juan, en donde el águila también hace las veces de un heraldo que vuela por el cielo para anunciar el inminente juicio de Dios sobre los habitantes de la tierra. Y finalmente la acción por la cual Dios bendice y renueva cada día las fuerzas de Su pueblo se describe así: “él te colma de bienes y te rejuvenece como a las águilas” (Salmo 103:5), al punto que: “los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán el vuelo como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán” (Isaías 40:31)
Te rejuvenece como a las águilas
"La imponente águila ilustra algunas de las formas más anheladas y apreciadas que adquiere la misericordia y las bendiciones de Dios sobre su pueblo”






Deja tu comentario