Dios es soberano, es decir que puede hacer lo que le parezca sin restricciones ni limitaciones de ningún tipo por parte de sus criaturas, pero esto no significa que Él obre de manera caprichosa o arbitraria ni mucho menos, como un niño pequeño que se divierte con sus juguetes y hace con ellos lo que su inflamada imaginación le va indicando según surgen en su mente las historias más fantásticas y disparatadas. La Biblia afirma que Dios, además de ser soberano, es un Dios providente; es decir que ejerce su soberanía con justicia y misericordia, para el bien y el beneficio de sus criaturas en lo que la teología designa como “providencia”. Así, pues, si Dios hace lo que le parece, lo hace con arreglo a un plan muy sabio concebido desde el principio para llevar la historia de la humanidad y del universo en general a feliz término, para la gloria y honra de Su nombre. Un plan en el que Él ha determinado, entre otras cosas, que quienes por su gracia lleguen a creer en Cristo rindiéndole su vida en arrepentimiento, obediencia y fe; lleven ahora o al final la mejor parte, de dónde los cristianos pueden apelar con confianza a la soberanía de Dios, conscientes de que su omnipotencia está subordinada siempre a su buena voluntad, agradable y perfecta, es decir que no se trata simplemente de que Dios todo lo puede; sino de que Él hace siempre lo que quiere, y lo que quiere es en todos los casos y de un modo u otro, lo mejor para sus criaturas en general y para sus hijos en particular, de manera que podamos exclamar:“Nuestro Dios está en los cielos y puede hacer lo que le parezca” (Salmo 115:3)
Soberanía y providencia
16 mayo, 2021
2 Lectura mínima
“Dios puede hacer lo que le parezca, pero no caprichosa y arbitrariamente, sino siempre para el bien y beneficio de Su creación”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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