La fe crea nuevas posibilidades que no existían al margen de ella. Tenía razón Unamuno cuando dijo: “La fe, más que creer lo que no vimos, es crear lo que no vemos; aquella, la de creer lo que no vimos, no pasa de ser fe muerta y pasiva, la viva y activa es la de crear lo que no vemos”. En relación con el pasado histórico en el que se fundamenta el cristianismo, la fe implica creer lo que no vimos; pero en relación con nuestro futuro la fe conlleva también crear lo que no vemos ni hubiéramos logrado ver sino a través de la fe. Pero esto no significa que la fe nos confiera poderes similares a los de Dios, como lo plantea ese cuestionable sector de la iglesia que promueve el llamado “movimiento de la fe” que hace de Dios un pretexto para la obtención mágica de todo lo que queramos, imaginemos y creamos con la suficiente fuerza, sin importar lo que sea, haciendo de Él un espectador a la hora de “visualizar” nuestro futuro o peor aún, alguien obligado a contribuir a su realización si nuestra fe es lo suficientemente fuerte, convirtiéndolo en un medio para la obtención de lo que queremos, en contravía con la fe saludable en la que Dios es siempre el fin y no un medio para nada. Así, en el propósito de ensanchar nuestros límites como Dios nos invita a hacerlo con estas palabras: “Ensancha el espacio de tu carpa, y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia desalojará naciones, y poblará ciudades desoladas” (Isaías 54:2-3), debemos, a su vez, recordar que hay fronteras que no podemos traspasar.
Respetando las fronteras
17 septiembre, 2021
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“Podemos ensanchar nuestros límites en todo sentido, pero nunca podremos traspasarlos ni eliminarlos de ningún modo”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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