Volviendo a la condición de peregrinos que ostentamos los cristianos y la alegría que acompaña el peregrinaje disfrutado con la debida responsabilidad hasta llegar a la patria celestial, habiendo aprendido con gratitud las lecciones del camino y viendo a lo largo de él la fidelidad de Dios; debemos ahora señalar que el objetivo de este peregrinaje no es tan sólo alcanzar la meta lo más pronto posible, sino recorrer el camino a cabalidad y sin inconvenientes apresuramientos, al ritmo que el Espíritu de Dios nos imprima, que no es un ritmo explosivo como el de una carrera de velocidad, sino un ritmo dosificado y constante, como el de una carrera de largo aliento. No en vano “Andad en el Espíritu… ” (Gálatas 5:16 RVR) es la exhortación que el apóstol nos dirige. Los apresuramientos no tienen aquí cabida, ya que Cristo es el camino más seguro que podemos recorrer en este mundo, no sólo en cuanto a la garantía de llegar a la meta, de modo que: “el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará” (Isaías 35:8 RVR), sino en cuanto a su protección providencial durante el recorrido, pues: “Habrá allí una calzada que será llamada Camino de santidad. No viajarán por ella los impuros, ni transitarán por ella los necios; será sólo para los que siguen el camino. No habrá allí ningún león, ni bestia feroz que por él pase; ¡Allí no se les encontrará! ¡Por allí pasarán solamente los redimidos! Y volverán los rescatados por el Señor, y entrarán en Sión con cantos de alegría, coronados de una alegría eterna. Los alcanzarán la alegría y el regocijo, y se alejarán la tristeza y el gemido” (Isaías 35:8-10)
Recorriendo el camino con alegría
31 agosto, 2021
2 Lectura mínima
“A veces estamos tan afanados por llegar que no disfrutamos del Camino ni del privilegio de poder recorrerlo con seguridad”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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