La razón es una facultad que compartimos con Dios y nos permite pensar en un nivel cualitativamente superior al del resto de seres vivos de la naturaleza y, como tal, se considera parte de la “imagen y semejanza” divinas plasmadas por Dios en nosotros. Sin embargo, el hecho de que seamos seres racionales no garantiza que seamos al final personas tan razonables como nos gustaría creerlo. Al fin y al cabo la caída en pecado de nuestros primeros padres afectó a nuestra razón, de dónde al razonar todos sin excepción lo hacemos mediante una razón caída y susceptible de extraviarse fácilmente en sus razonamientos, víctima de de toda clase de sesgos. La revelación de Dios en la Biblia se hace entonces necesaria para identificar, denunciar y corregir los sesgos de nuestra razón caída y, mediante la conversión a Cristo, capacitarnos para razonar de manera sabia y constructiva al punto que no sólo entendamos la revelación, sino que la comprendamos verdaderamente permitiendo que las razones de Dios arraiguen de muchas maneras en nuestro pensamiento y se conviertan en convicciones probadas que guíen con seguridad nuestras vidas, dando así cumplimiento a la promesa anunciada por la sabiduría de Dios en persona en su invitación a todos los que deseen adquirirla: “Clama la sabiduría en las calles; en los lugares públicos levanta su voz. Clama en las esquinas de calles transitadas; a la entrada de la ciudad razona… Respondan a mis reprensiones, y yo les abriré mi corazón; les daré a conocer mis pensamientos” (Proverbios 1:20-23)
Razonando y comprendiendo la revelación
11 junio, 2021
2 Lectura mínima
“Aunque nuestros pensamientos sean inferiores a los de Dios, nuestra habilidad pensante es como la Suya y podemos comprenderlo”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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