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Segmentos

Permaneciendo despiertos y vigilantes

“El cristiano debe vigilar incluso mientras duerme, permaneciendo siempre dócil y atento a la voz y a la guía de Cristo en su vida”

Una de las exhortaciones continuas que aparecen en el Nuevo Testamento dirigidas a los creyentes es a velar o permanecer sobrios y vigilantes, sin bajar la guardia en el curso de la vida cristiana. Porque, lastimosamente, podemos llegar a estar despiertos y con nuestros cinco sentidos alertas y operando en pleno para muchos efectos y actividades prácticas del día a día, no obstante lo cual estamos espiritualmente dormidos y con nuestro discernimiento aletargado, como los ebrios, tolerando inadvertidamente –por acción u omisión− situaciones peligrosas o estados pecaminosos en nuestras vidas sin ser casi conscientes de ellos al restarles importancia ni prestarles la debida atención, hasta que sus efectos destructivos son manifiestos e irreversibles para nosotros y quienes nos rodean, como en el caso de la cría de una manada de herbívoros que se distrae fatalmente dando la oportunidad al depredador de turno de hacer presa de ella. Así, pues, hay creyentes que duermen incluso cuando están despiertos, cuando la consigna evangélica es a todo lo contrario, es decir a vigilar incluso cuando se duerme. Vigilar en oración, por supuesto, para no caer en tentación, pero permaneciendo atentos y con los cinco sentidos alerta para ejercer el dominio propio sobre nuestros impulsos pecaminosos desde el mismo momento en que asoman su cabeza, a semejanza de la sunamita en el Cantar de los Cantares, atenta a la voz de su amado, quien es una figura de Cristo para el creyente: “Yo dormía, pero mi corazón velaba. ¡Y oí una voz! ¡Mi amado estaba a la puerta!…” (Cantares 5:2)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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