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Niños zarandeados por las olas

“Si la iglesia no se pone en la cresta de la ola del mover actual del Espíritu Santo, terminará entonces zarandeada por ella”

La madurez cristiana implica la capacidad de trabajar para contribuir con nuestro aporte voluntario y comprometido, de la manera más consciente posible, a las sutiles y casi inadvertidas, pero siempre eficaces y sabias dinámicas divinas que operan en la historia humana para llevarla finalmente y a pesar de todo a su feliz consumación en el reino de Dios. Por el contrario, la inmadurez en la fe que nos lleva a permanecer como niños en Cristo, nos hace vulnerables y susceptibles de ser “zarandeados” por el pensamiento secular con todas sus filosofías e ideologías engañosas, contrarias y hostiles al evangelio de Cristo, o por los movimientos que, diciendo ser cristianos, distorsionan el cristianismo, traicionando la llamada “sana doctrina”, sin mencionar las religiones alternas a lo largo de historia humana que plantean caminos inciertos y dudosos para llegar a Dios, diferentes a Cristo, el único camino seguro y probado para hacerlo, como lo advirtiera ya de manera solemne el apóstol Pablo al exhortarnos a dejar la infancia y la consecuente y siempre peligrosa inmadurez espiritual, para avanzar de manera resuelta cada día a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios: “De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo. Así ya no seremos niños, zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y por la astucia y los artificios de quienes emplean artimañas engañosas. Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo” (Efesios 4:13-15)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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